domingo, 15 de noviembre de 2009

Antonio Flores Jijón


Antonio Flores Jijón nació el 23 de octubre de 1833 en Quito, en el Palacio de Gobierno, mientras su padre presidía la nación. Hijo del Gral. Juan José Flores y de Mercedes Jijón y Vivanco, "inteligente, piadosa, culta y de porte distinguido, que ayudó mucho a su marido en sociedad y con su prudencia no pocas veces le sirvió de consejera".

Recibió las primeras letras en palacio, luego en Latacunga asistió a la Escuela de Simón Rodríguez, Ayo del Libertador. De 11 años viajó a París y lo matricularon en el Liceo Enrique IV, donde aprendió francés; pero, al año siguiente, cambió la situación económica de su familia con la revolución del 6 de marzo de 1845 y debió regresar. En 1.847 vivió en Santiago de Chile y envió a la poetisa Carolina Lizardi un poema de corte romántico titulado "Adiós a la naturaleza" que indirectamente la incitó al suicidio con veneno. El escándalo social fue grave, se tejieron escabrosos comentarios y nació su fama literaria.

En 1855, residía en Lima y estudiaba leyes en la Universidad de San Marcos.

En 1859, obtuvo las cátedras de Ciencias Políticas y de Historia Universal en el célebre colegio de San Carlos de Lima.

Participación pública

En 1860, formó parte de la expedición armada comandada por su padre y García Moreno y tomaron Guayaquil por asalto. García Moreno fue proclamado Presidente del Ecuador en 1.861 y Antonio Flores "joven amabilísimo, en extremo generoso, amigo de sus amigos y muy indulgente con sus mismos enemigos, a quienes trataba con una bondad que ya pecaba de excesiva" fue enviado a Francia, de Ministro Plenipotenciario del Ecuador ante la corte del Emperador Napoleón III.

En París contrató la compra de armas y uniformes, consiguió la venida de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y trató de explicar el significado y alcance de las Cartas de García Moreno a Fabré y a Trinité, donde solicitaba el protectorado francés para nuestra patria.

Enseguida fue nombrado Agente Fiscal en Inglaterra para arreglar el pago a los tenedores de bonos de la Deuda de la Independencia o Deuda Inglesa. En 1.863 ingresó a la Academia Ecuatoriana de la Lengua y publicó su discurso "Elogio de Wisse" en homenaje al Ing. Sebastian Wisse. En 1.864 viajó a Bogotá como Ministro Plenipotenciario, misión calificada de difícil en extremo por las dos guerras que acabábamos de sostener con la Nueva Granada. En 1.865 fue Ministro de Hacienda. En 1.866 García Moreno obtuvo del presidente Carrión su representación personal para suscribir en Roma y con Monseñor Tavani, un "Convenio adicional al Concordato".

Con tal motivo emprendió viaje por el sur y al arribar a Paita fue objeto de una asonada por parte de los urbinistas exilados en el Perú. La noticia fue ruidosamente comentada por la prensa internacional, ávida de escándalos.

Carrera política

En 1867, fue Diputado por Pichincha, concurrió al Congreso, obtuvo una de las dos vicepresidencias de esa Cámara. Al año siguiente fue reelecto.

En 1871, viajó nuevamente a Inglaterra a negociar un reajuste de los intereses en mora con los tenedores de bonos de la deuda. Su actuación no agradó mucho en Quito y García Moreno exclamó: "Este Antonio es más pícaro que su padre..." luego cambió de parecer y pocos meses después lo envió de Ministro Plenipotenciario a los Estados Unidos. En 1.873 y de 40 años de edad, contrajo matrimonio en Washington con Leonor Ruiz de Apodaca, joven de 22, de la nobleza de la Habana.

En 1875, ocurrió el asesinato de García Moreno. El encargado del poder, Dr. Francisco Javier León y Chiriboga, convocó a elecciones, y Flores fue candidatizado; entonces, se hallaba en el exterior, pero vino al país en unión de su esposa y una hijita y aunque su recibimiento fue hostil, varias familias los atendieron y menudearon los convites, no faltando algunos chuscos que lo motejaron de "doctor tente en pie" por su costumbre de levantarse varias veces sobre las puntas de ellos cuando hablaba en público. Su arribo coincidió con el carnaval y recibió varios baños de agua que soportó por educación. Luego pasaron a su hacienda "Elvira" cerca de Babahoyo, donde vivieron unas idílicas vacaciones. Desde allí siguieron por el antiguo camino real a Quito, recibiendo rechiflas a porfía.

Instalado en casa de su madre publicó su Plan de Gobierno, duramente criticado por los garcianos, que lo acusaron de proliberal y de católico desteñido. Mientras tanto, su esposa había alumbrado una segunda niñita y cayó enferma con infección puerperal. Flores se angustió, pues no tenía tiempo para aventuras políticas y envió su renuncia a Juan León Mera, que la guardó sin darla a conocer. El 11 de octubre de 1876, murió su esposa y poco después fue derrotado por Borrero.

El 11 de diciembre de 1877, fue allanado su domicilio y conducido a prisión por orden del Presidente Veintemilla debido a sus vinculaciones con elementos conservadores, pero a los cuatro días logró evadirse y buscó asilo en la Legación francesa. Para enero de 1878, estaba radicado en Nueva York con sus hijas. En 1881, trabajaba de abogado.

En enero de 1883, los restauradores entraron en Quito. Meses después Veintemilla salía del Ecuador y Flores fue electo diputado, asistió al Congreso representando al Pichincha, nuevamente obtuvo una de las dos Vicepresidencias de esa Cámara y presentó un proyecto de Ley pidiendo el voto para las mujeres en igualdad de condiciones con los hombres, pero nadie le hizo caso. ¿Es otra de sus rarezas! Se dijo entonces pues muchos lo creían "algo despistado, bueno solamente para el servicio exterior". Caamaño fue electo Presidente y lo designó Ministro Plenipotenciario en Europa para tratar con la Santa Sede sobre el convenio adicional de diezmos y la forma de su cobro y que converse con los demás gobiernos del viejo mundo sobre asuntos de interés para el Ecuador. En 1.884 apareció en las Memorias de la Academia Ecuatoriana de la Lengua su artículo sobre "Las Letras Españolas en los Estados Unidos".

En 1885, suscribió con España un Convenio de Paz y Amistad y obtuvo la venida de los salesianos y de otras comunidades religiosas.

En 1888, conoció que Caamaño había impuesto su candidatura a la Presidencia de la República para el período de 1888-1892. En las elecciones triunfó con el apoyo oficial pero decidió excusarse. El Cardenal Rampolla le rogó que no lo hiciera. Fernando de Lesseps y otras personalidades francesas le ofrecieron un banquete y entonces aceptó, viajando a Quito después de cuatro años de ausencia.

Inició su gobierno liberando a 43 presos políticos del panóptico, concedió amnistía a los desterrados y escondidos y restableció las libertades públicas; pero, al mes de posesionado, presentó su renuncia, abrumado por los problemas casi insolubles de la nación. El Congreso la rechazó y Flores insistió en ella, entonces el Congreso resolvió declarar ofensiva a la nación dicha insistencia, de suerte que con esa medida Flores se vio forzado a continuar, dando "el bello espectáculo de un gobierno culto y amigo de las libertades individuales, tolerante y gentil en la acción".

En 1888, fundó el partido Unión Republicana conocido luego como "Progresista", tratando de unir los intereses de la Costa y de la Sierra bajo otra fórmula que no fuera la liberal ni la conservadora. Apoyó la concurrencia del Ecuador a la Exposición Mundial de París, así como a los festejos del Centenario de la revolución francesa, con grave escándalo del elemento de derecha; sin embargo concurrió el comercio guayaquileño y los comerciantes pagaron los gastos. Flores quería obtener la unión y la paz entre los ecuatorianos y a tanto llegaron sus esfuerzos que en 1.888 ofreció a Alfaro hacerlo Plenipotenciario en el país que tuviera a bien escoger, pero no lo consiguió. Y todo este esfuerzo al margen de una vida social intensa, recibiendo de noche a sus amigos, improvisando bailes y pequeñas representaciones teatrales con sus hijas y sobrinas las Hurtado Flores y banquetes al Cuerpo Diplomático.

Terminado su mandato el 30 de junio de 1892 partió con sus hijas a Niza, en las primaveras pasaba a Versalles y en los veranos a Lausana, desengañado del país, no volvió más y falleció en el hotel "Beau Séjour" de Ginebra el 30 de agosto de 1915, a la avanzada edad de 82 años.

Su archivo y el de su padre regresaron en 1971 a la Universidad Católica de Quito. Su biografía fue escrita en 1974 por Carlos Manuel Larrea, quien tuvo la oportunidad de conocerlo y tratarlo en Europa poco antes de su muerte.

Gustaba de practicar ejercicios físicos y cuando desempeñó la Presidencia de la República acostumbraba trotar por la Alameda en las primeras horas de la mañana; sabroso conversador, ingenuo, chispeante y encantador. Era un perfecto caballero.

Labor literaria

En 1854, publicó en Santiago de Chile su novela Cándida Rosa, en 15 páginas, y el opúsculo Los Mormones, refiriéndose a un proyecto de colonización de las islas Galápagos.

En 1858, publicó en El Mercurio de Valpariso su novela El Talión, favorecida por la crítica a pesar de su defectuosa construcción, y una traducción del inglés de Las lecciones de Historia, de Jorge Weber, que salió con su nombre; se le conoce una segunda edición de 1863. Años después, Alfaro lo acusará de plagiario por este asunto.

En 1859, publicó varias poesías en la Revista de Lima.

En 1867, publicó La Ley de Bancos, folleto de 54 páginas.

En 1870, en Santiago de Chile editó El Reino de Quito, según las relaciones de los virreyes del Nuevo Reino de Granada, en 50 páginas, con material histórico tomado del Archivo Nacional y la Biblioteca Nacional de Bogotá.

En 1877, publicó en Los Andes, de Guayaquil, varias poesías tituladas "En la muerte de mi esposa", las que incluyó en el folleto A la memoria de la señora Leonor Ruiz de Flores en 15 páginas, edición privada. También, una descripción de la Erupción del Cotopaxi acaecida meses atrás.

En 1881, editó La naturalización en los Estados Unidos, en 83 páginas.

En 1883, publicó El Gran Mariscal de Ayacucho, en defensa de su padre y para deslindar responsabilidades en el crimen del general Sucre. También editó un folleto titulado Isidorito, un ángel en el cielo y el postrero en la tierra de un ilustre vástago, dedicado a la memoria de su sobrino, Isidoro Barriga y Flores, muerto a causa de tifoidea a los 14 años en Quito; los liberales exilados en Lima se le burlaron, y en Guayaquil Luis Felipe Carbo y Amador y José de Lapierre Cucalón lo apodaron "Isidorito". Entonces, sufrió de "postración y vértigos nerviosos" pero se sobrepuso y en la revista internacional Las Novedades publicó varias cartas que le envió Juan León Mera con noticias de Ecuador.

En 1888 publicó en París Anexe au projet de loi.

En 1889, editó en Guayaquil Cuestiones de Hacienda y en Quito el primer tomo de Diezmos y censos en política, rentas e historia, obras con las que reafirmó su fama de experto en asuntos económicos y hacendarios.

En 1890, dio a la luz La conversión de la deuda anglo ecuatoriana, criticada desde Lima por Alfaro en su libro El nudo gordiano. También imprimió ese año en Quito el libro Crédito y Derecho Público, siendo uno de los poquísimos presidentes que ha escrito y publicado durante su mandato presidencial.

En 1891, editó Para la historia del Ecuador, en 278 páginas, contestando a Marietta de Veintemilla

En 1892, publicó "Refutación documentada de los cargos hechos al Gobierno", en el folleto El contrato de Oksza ante el Consejo de Estado, aclarando varios conceptos emitidos por el Dr. Camilo Ponce Ortíz, jefe de la oposición conservadora.

Gobierno

Período de Gobierno

Período Presidencial: 17 de agosto de 1888 a 10 de junio de 1892

Ideología

Era Progresista

Sector al que Representaba

A la aristocracia quiteña

Forma para Llegar al Poder

Fue elegido mediante elecciones

Obras y Acciones de Gobierno

Dio amnistía a los montoneros presos, ofreció tolerancia a la oposición razonada, tocó con tino la debatida cuestión de los diezmos, pidió al Senado un crédito de 10 mil sucres para que el Ecuador tomase parte en la próxima Exposición Universal de París y limitó su programa de Gobierno a cuatro puntos: educación, comunicaciones, recuperación del crédito público e inmigración extranjera. El respeto a los derechos humanos y civiles y a la ley, bases del Progresismo, le granjeó el aprecio de los liberales. La amnistía a los montoneros, neutralizó a los radicales. Mediante un acuerdo con monseñor José Macchi, delegado apostólico del Papa, Flores logró la sustitución del diezmo con el impuesto predial del 3 por mil y por un impuesto de 80 centavos por cada 46 kilogramos de cacao exportado. Esta medida favoreció a los exportadores, pues les permitía competir en igualdad de condiciones con los de otros países libres del diezmo. Favoreció también al pequeño propietario campesino. Perjudicó a los hacendados latifundistas dueños de tierras semicultivadas, a quienes el remate de los diezmos confería un poder de control social. Logró que el Congreso aprobara un acuerdo con el Consejo de Tenedores de Bonos. El presidente modernizó el sistema fiscal en las aduanas, y los monopolios del Estado en los timbres y el impuesto a los bienes raíces; saneó la moneda, redujo de 12,9 a seis por ciento el interés de los préstamos hechos al Gobierno por los bancos particulares, arregló otras deudas del Estado, intentó sin éxito crear lo equivalente a un Banco Central del Ecuador y aumentó el monto del presupuesto destinado a la educación.

Principales Opositores

Eloy Alfaro

Hechos que Marcaron al Gobierno

Perjudicó a los hacendados latifundistas dueños de tierras semicultivadas, a quienes el remate de los diezmos confería un poder de control social. Así se explica la lentitud de la negociación con Roma, la alianza, de hecho, entre liberales, progresistas, agro-exportadores y el Vaticano y la feroz oposición de los conservadores y de algunos obispos. El Papa tuvo que intervenir para moderarlos y defender al presidente.

El mismo sector se opuso a que Ecuador concurriera a la Exposición Universal de París en 1889 para celebrar el centenario de la Revolución Francesa. El Congreso negó el presupuesto de los 10 mil sucres solicitados. Flores renunció a la presidencia. El Congreso no le aceptó la renuncia, los exportadores guayaquileños le dieron 20 mil sucres y Ecuador expuso en su pabellón de 100 metros cuadrados cacao, café, algodón, quina, maderas, cereales y una docena de otros productos a más de una colección arqueológica precolombina. De 100 expositores ecuatorianos, 83 alcanzaron premios. La media de premios de otros países fue de 53 por ciento.

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